Un lenguaje muy hermoso muchas veces, de un lirismo que sabe no desbordarse, como reconociendo que, a la postre, estamos dentro de una narración en la que pasan cosas, unas dentro de los personajes y otras ajenas a ellos que, sin embargo, las viven con una intensidad desatada, fruto de la juventud seguramente. Y del amor, que aquí tiene tanta importancia. Pero esa poesía fundamental no oculta la garra del narrador que empezaba a revelarse.
... Hoy se abre a ojos nuevos. Y ahí tengo la sensación de que la novela ha resistido, como le ocurre siempre a la buena literatura. Un joven lector encontrará en ella eso que le atañe porque nunca cambia: el amor, la lucha contra lo que no nos gusta, el ansia de libertad, la presencia de lo cotidiano como límite a sobrepasar cueste lo que cueste.
Luis Suñén