Una bellísima novela sobre el eterno problema del amor, con la verdad  que ofrece un conocimiento profundo del alma humana. Un viejo campesino calabrés llega a casa de sus hijos en Milán para  someterse a una revisión médica. Allí descubre su último afecto, una  criatura en la que volcar toda su ternura: su nieto, que se llama Bruno,  como a él le llaman sus camaradas partisanos. Y vive también su última  pasión: el amor de una mujer que iluminará la etapa final de su vida concediéndole toda su plenitud. Reseña:
«Está escrita con una ternura y una lucidez aunadas que reflejan  perfectamente la experiencia cenital de su protagonista.»
Leopoldo Azancot, ABC