Marzo de 1941. Lucas, un joven canario de veintitrés años, decide abandonar por primera vez El Hierro, su pequeña isla natal, en busca de aventura, nuevas oportunidades y un mejor futuro. Así, una mañana termina zarpando rumbo a Tenerife junto a dos pescadores que han prometido llevarle hasta allí. Nada hace presagiar que, finalmente, acabará desembarcando en un apartado y misterioso paraje de la costa tinerfeña: en las inmediaciones de una muy particular aldea. No lo sabe, pero en dicho lugar descubrirá el verdadero significado de palabras como «compañerismo», «compromiso», «esperanza» o «amistad», y terminará también haciendo suyo un necesario pero complejo proyecto comunitario que cambiará su vida para siempre.