Trabajo de Antonio Marrero Alberto sobre la historia y valor patrimonial del Cristo de Tacoronte, imagen venerada por los tacoronteros, pero cuestionada por la Santa Inquisición. El conjunto patrimonial formado por el santuario del Cristo de los Dolores y el convento agustino de San Sebastián en Tacoronte es fruto del patronazgo y mecenazgo del capitán D. Tomás Pereyra de Castro y Ayala. Construido a mediados del siglo XVII, encuentra su momento culmen con la colocación de la imagen titular en la capilla mayor. El Cristo de los Dolores llega al municipio en 1661 y está atribuido al escultor lusitano Manuel Pereira. Desde sus inicios, despertó el fervor de todas y todos los tacoronteros, convirtiéndose en una de las imágenes cristológicas más veneradas de Canarias. Pero no todo fueron alabanzas, pues a su llegada despertó el recelo del Tribunal de la Santa Inquisición que halló indicios de delitos contra la moral y la fe en la gran cantidad de sangre representada, las llagas de corte realista, el desnudo y las formas seductoras y redondeadas, así como el anacronismo de un Cristo que, al mismo tiempo