Escrito con la precisión de los alquimistas, sus textos constituyen una sinfonía en progresión constante.
Alrededor de las diversas formas del sexo, la muerte y la apariencia, la escritura de La mano entre las líneas se construye a sí misma y fluye siempre inédita, sugestiva, capaz de provocar evocaciones secretas y climas inquietantes.
Todos y cada uno de los relatos que componen La mano entre las líneas son muestras de un estilo diferente de escritura. También son distintas sus extensiones. Concebido como sinfonía geométrica creciente, la variedad de los registros posibilita la multiplicidad de ritmos y la diversidad de evocaciones.