El tiempo como coartada, no como un suceso macabro, no como suerte impuesta, no como final pactado, si no utilizado en legítima defensa, un mero artificio que da nombre y origen a la historia.
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Puede obtener más información aquí o cambiar la configuración.