La voz de Manuel, el joven protagonista de esta historia real, nos conduce al horror de Fyffes, donde ha sido encarcelado porque pensar es un delito para los profesionales del terror. En el seno de un pueblo que había luchado para desterrar privilegios escandalosos; en una sociedad que había puesto las bases de lo que sería el primer ayuntamiento democrático de España; en la ciudad que en otro tiempo fuera alegre, bulliciosa y amante de la cultura en todas sus manifestaciones, imperan el miedo y el silencio. Y muchos palmeros pagaron con el lujo de sus vidas el derecho a ilustrarse, pensar y opinar. Por eso Manuel, un 21 de abril de 1947, fue sacado de su Instituto y encarcelado, pues hubo un tiempo en que la libertad escribía cartas de amor entre barrotes. Y es necesario rescatar del olvido este mensaje que nos conduce al epicentro del amor.
