Mi padre salió distinto de Chile aquella mañana cualquiera del mes de septiembre del 73, tras el Golpe de Estado de Augusto Pinochet. Cuando ya hemos celebrado el 50 aniversario de unos hechos que acabaron conla muerte de Allende y una cruenta dictadura militar de casi dos décadas en Chile, toca rescatar aquellas otras pequeñas pequeñas historias con rostro propio. Las de los sueños truncados connombre propio que, sin embargo, lograron un mañana. Juan Jiménez soñó tanto la vida, que ya no quiso el sueño,sino vivirla. El poeta isleño salió distinto y ya jamás regresó a Chile. Pero lo llevaba dentro, bien adentro de él. Guardado en uno de sus muchos silencios, de esos a los que acostumbraba cíclicamente. Juan Jiménez tenía el corazón allendado para toda la eternidad. Pero no vinó solo.