Una historia conmovedora que nos invita a explorar con dulzura temas como el duelo y la pérdida.
Mario y María siempre estaban juntos. Eran los mejores amigos para siempre y, cada vez que mirabas, allí encontrabas a tortuga y liebre, el uno junto a la otra... hasta que, inesperadamente, llegó el final.
Cuando María desapareció, Mario solo podía ver un agujero con forma de liebre allí donde debería estar su amiga. A pesar de sus esfuerzos y de sus enfados, el agujero seguía sin traerle de vuelta a María. Parecía que se había perdido la esperanza. Por suerte, un día aparece en su vida una nueva amiga para explicarle algo muy importante: la importancia de llenar ese vacío con sus mejores recuerdos. Y poco a poco... Mario empezó a sentirse un poco mejor.