Las historias que componen Muerte natural y otros suicidios están basadas en episodios reales, de los cuales he tenido alguna que otra refe-rencia cercana. Lo único cierto es el hecho en sí: los suicidios, consuma-dos o frustrados, existieron o debieron existir. Todo lo demás es pura ficción; es decir, la recreación de las circunstancias, sensaciones y pensa-mientos que envuelven a los protagonistas es tan sólo cuento, puro cuento.