Asume así el reto de encerrarse en una casa durante el Día de los Difuntos. Esta extravagante empresa le parece perfectamente realizable. Pero durante el trayecto a la extraña casa, nuestro protagonista se sentirá sobrecogido por funestos pensamientos: mientras un vehículo de aspecto funerario lo conduce por una ruta desconocida, siente instalarse y crecer en él la desconfianza. Además, el hombre con el que se comprometió no se ha dejado ver... Laureano de Lorenzo consigue involucrarnos en una trama de misterio e intriga desde las primeras páginas, y pronto comprendemos que los problemas y las dificultades de Juan acaban solo de empezar.